Una visión de futuro en estrategia se vuelve ese norte a donde queremos llegar, esos “picos” de montañas a escalar, pero trasciende lo pragmático de un objetivo para convertirse en ese sueño.
Cuando nos referimos a los sueños, traemos esa ilusión de algo que solo está en nuestra mente, puede ser en algún momento realidad y muy pocas veces estamos convencidos de esa posibilidad.
¿Y si les dijera que por esas visualizaciones a futuro estamos viviendo hoy en los sueños que se hicieron realidad de hace años? ¿Qué lo que visualizamos a futuro puede convertirse en realidad si le damos foco y entendemos todo lo que debemos accionar para llegar a esa realidad esperada?
Pues en estrategia, de eso se trata la visualización, de pensar a futuro y definir claramente eso a donde queremos llegar desde el más mínimo detalle, entender y describir nuestras aspiraciones nos va a permitir definir ese estado futuro y esa realidad anhelada para trazar los posibles caminos para que se haga realidad.
“To accomplish great things we must first dream, then visualize, then plan… believe… act!”
Alfred A. Montapert
Y esa claridad, más allá de detalles, debemos trazarla en metas, específicas, alcanzables pero retadoras, medibles y en una línea de tiempo específica.
Este detalle permitirá llevarlas a la acción con más pragmatismo y permitirá acercarlas a nuestra realidad. Esta metodología SMART* creada por George T. Doran en 1981 e implementada en el mundo corporativo, permite definir entregables claros y acercar esos sueños a acciones concretas.
Y para ser aún más específica, esa visión, definir entre 3 y 5 objetivos smart, permitirá darle esa priorización que evidenciará el foco para que se vuelvan realidad.
En estrategia profesional como en la estrategia corporativa y competitiva de las organizaciones, proyectarse a futuro, entendiendo tendencias y aspiraciones, permitirá trazar el destino de corto, mediano y largo plazo con la claridad suficiente para darle foco y movilizar su estrategia hacia la realidad.